El Gobierno español considera comprensible que la mayoría de los países sudamericanos hayan vetado la asistencia del presidente de Honduras, Porfirio Lobo, a la cumbre entre la UE y América Latina y Caribe (ALC) como advertencia para que no vuelva a haber más golpes de estado en esta región.
El secretario de Estado para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia, ha afirmado que la decisión de Lobo de no participar en la reunión de Madrid de los próximos días 17 y 18 ante el rechazo de países como Brasil, Venezuela y Ecuador "cubre los intereses de todas las partes y va a permitir que la cumbre se desarrolle con normalidad".
De Laiglesia, en una entrevista con Efe, ha asegurado que lo que debe quedar claro después del derrocamiento del ex presidente hondureño Manuel Zelaya el 28 de junio de 2009 es que "la época de los golpes de estado en América Latina ha terminado para siempre".
Lobo, investido presidente el pasado 27 de enero después de ganar las elecciones celebradas a finales de noviembre, sí estará, en cambio, en el encuentro UE-Centroamérica programado al día siguiente de la cumbre.
Para el secretario de Estado, lo que quieren impedir los países que no reconocen a Lobo es que "se dé la impresión de que las elecciones posteriores a un golpe de estado convalidan el propio golpe".
"Esto es algo que no sólo los países latinoamericanos, sino todos los de la comunidad internacional, queremos evitar a toda costa", ha apuntado.
España condenó la destitución de Zelaya, quien permanece exiliado en la República Dominicana, pero decidió normalizar las relaciones tras la investidura de Lobo e invitarle, como presidencia europea de turno, a la reunión a la que asistirán 60 países de ambas regiones.
De Laiglesia ha afirmado que las medidas adoptadas hasta ahora por Lobo para favorecer la reconciliación en su país van "en la línea correcta" y hacen confiar en que Honduras pueda ser aceptada por toda América Latina en un "futuro próximo".
"Pero lo cierto es que todavía hoy no estamos en esa situación", ha admitido el secretario de Estado, sin entrar a juzgar si España comparte o no el veto planteado a Honduras.
El secretario de Estado ha dicho que una vez zanjado el problema con Lobo, habrá una participación "masiva" en la cumbre, la principal cita del semestre español de presidencia de la UE.
Esta reunión debe servir para que la UE y América Latina den "un paso adelante y hacia arriba" en su relación y pasen a ser "socios globales" para abordar retos como la seguridad, el cambio climático o la lucha contra la pobreza, ha explicado De Laiglesia.
La novedad de la cumbre será la aprobación de un plan de trabajo para llevar a la práctica los objetivos pactados, que incluirá un fondo de la UE de unos 100 millones de euros para promover proyectos en ámbitos como las infraestructuras, la sanidad o la educación.
Al día siguiente de la cumbre, se firmará el tratado de asociación entre la UE y Colombia y Perú.
También está previsto rubricar el acuerdo UE-Centroamérica, aunque aún faltan algunos flecos por cerrar, y una declaración para impulsar la negociación con Mercosur (Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay).
En la cumbre, no se abordarán casos específicos como la situación en Cuba y la opción de cambiar en este semestre la posición común que la UE mantiene hacia la isla desde 1996.
De Laiglesia ha asegurado que España mantiene su esperanza en suavizar este marco de relación para hacerlo más eficaz, a la vista de que los resultados logrados hasta ahora han sido "nulos".
"Es una reflexión que está en curso. Veremos a ver. Todavía es pronto para aventurar hasta dónde nos va a llevar", ha comentado.
A su juicio, si en los últimos catorce años "ha cambiado todo", incluida "la propia situación en Cuba", Europa no debe quedarse rezagada respecto a los países latinoamericanos y a EEUU.
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